Deseos, ilusiones, sueños… cosas de verdad importantes. Todos las tenemos, y casi ninguno las cumplimos. ¿Y porqué? No tengo idea, pueden ser muchos los motivos. De lo que si tengo idea, y por desgracia mucha, es de lo frustrante que es no poder hacerlas, y de lo que duele saber que nunca vas a poder. ¿Queréis un consejo? Haced todo lo que querías. Ir a ese sitio al que siempre habéis querido ir, organizad ese momento que tanto tiempo lleváis soñando, decidle a esa persona tan especial lo muchísimo que la queréis… Olvidaos de todos y de todo, y llevadlo a cabo. Cumplid vuestros sueños, y hacedlo ahora, como si no existiera el mañana, porque siempre ocurre que al final, no hay tiempo para esas cosas realmente importantes, y cuando te quieres dar cuenta, ya es demasiado tarde.
Siempre intentamos matar el tiempo, siendo insconcientes de que él nos acabara por matar.
Te esfuerzas. Luchas por conseguir un sueño. Algo que es realmente importante, que puede ser una simple tontería, pero es lo único que te haría feliz. Lo das todo, y solo consigues darte de boca contra la realidad. Pero no pasa nada, piensas que ha sido solo un percance, y no te rindes aun. Te levantas y vuelves a luchar, vuelves a darlo todo, vuelves a esforzarte… y vuelves a estrellarte contra la pared. Lo intentas una vez más, y fallas una vez más.
Y es cuando te das cuenta. Por mucho que lo intentes, nunca conseguirás nada. Ese sueño no es para ti. Y lo peor es que después de lo que puede ser toda una vida esforzándote por conseguir ese sueño, puede llegar alguien que sin proponérselo, sin siquiera esforzarse, consigue lo que tú nunca vas a poder conseguir. Es algo que te mata, que duele, duele de verdad. Tal vez es que hay gente que no ha nacido para tener esperanzas, ilusiones y sueños... O peor, ha nacido para tenerlas y nunca poder cumplirlas.
Cuando entregas todo sin condiciones no recibes más que desilusiones
Es horrible ver como un error acaba con todo en un momento. Lo que comienza como algo pequeño, que tiene una solución más o menos fácil, se convierte en una bola, que va rodando y rodando, y haciéndose más grande a cada momento. Lo que comienza como un error fácilmente solucionable, de repente te supera, te das cuenta de que te desborda. Esa fácil solución se convierte en inmensa, imposible de realizar. Cuando te quieres dar cuenta, ya es tarde, y la única solución de que ya tiene ese error es catastrófica. Es una solución horrible, que es capaz de quitártelo todo. Pero no hay más remedio que hacerlo, antes de que esa solución también se vaya y el error se quede ahí por siempre, atormentándote durante cada uno el resto de tus días. Y lo peor de todo no es que darte cuenta de que ya no hay una solución fácil y rápida, ni es darte cuenta de que tal vez tú mismo y a propósito iniciaste el error. No. Lo peor es que aunque fuera un error lo que hacías, aunque fuera algo malo, lo hacías por una buena razón, y eso es lo peor: darse cuenta de que lo fastidias todo por algo que empezó por un buen motivo.
Yo he cometido un error. Me doy cuenta de ello. Me arrepiento totalmente de lo que he hecho, y lo siento de veras. He hecho algo horrible a la persona que más me importa y que más quiero. Aunque ahora, dudo si de verdad alguna vez la he querido: creo que no es posible querer a alguien, y a la vez hacerle tantísimo daño.
Si alguna vez ves esto, lo siento muchísimo. Sé que tal vez nunca me perdonaras, y no se si yo tampoco me merezco tu perdón. Pero quiero que sepas que estoy totalmente arrepentido, y que lo siento de verdad. A quien más quieres y quien más te quiere, son quienes más te harán sufrir
Tiene que ser genial tener una persona a tu lado. Alguien a quien realmente le importes. Alguien que haría todo y más por ti. Alguien que sea capaz de dejarlo todo por ayudarte. Alguien que realmente muestre interés por ti. Alguien que sea capaz de mover cielo y tierra para sacarte una simple sonrisa cuando estas mal. Alguien que te escuche, con quien puedas hablar, a quien puedas abrazar, con quien puedas desahogarte... con quien puedas contar de verdad.
A todos los que tengan a esa persona, mis felicitaciones. A todos los que no las tenemos, mis condolencias, especialmente a aquellos que no solo no la tenemos, sino que nunca vamos a tenerla…
Quiere a alguien cuando menos lo merezca, porque será cuando mas lo necesite
Llega un momento en que pierdes las ganas de todo: de sonreír, de reír, de estar contento, de ser feliz… de vivir. Te preguntas ¿Para qué seguir adelante? ¿Es que hay alguna razón? ¿Hay algo que aun me importe? ¿Hay alguien a quien realmente le importe? Piensas, piensas… y no hay respuesta. A ninguna pregunta.
Entonces es cuando puedes plantearte dos cosas. O te abandonas a la melancolía, a la tristeza y la desesperación… o buscas alguna forma de ser feliz. Sin embargo, puede ser imposible escoger la segunda opción, si no sabes cómo ser feliz. Si no sabes siquiera que es ser feliz.
¿Qué es la felicidad? No tengo idea la verdad, es algo que no se desde hace mucho. Y sin embargo, sin saber lo que es, a veces sueño con que estaría bien poder huir, dejarlo todo, olvidarse de todo lo malo; y durante un instante, durante un simple instante...ser feliz.
La verdadera felicidad consiste en poder levantarse una mañana junto a la persona que más quieres, mirar todo lo que has logrado, y decir: “no quiero más”
Hoy, hace mucho tiempo, era un gran día. Era uno de los días que mas me importaba, sino el que mas, y simplemente porque era tuyo. Era un día para estar contento, para cumplir tus sueños, para hacer todo lo que quisieras; un día en que estaba prohibido estar mal, un día en que no nos permitíamos que esa sonrisa que teníamos se borrara ni durante un segundo.
Han pasado ya muchos años desde que podía considerar éste como un buen día, y aun hoy y a pesar de lo que me entristece todo lo que se perdió, me es imposible no recordar ciertas cosas y esbozar una sonrisa: estar los dos en ese sitio tan especial para nosotros, el momento en que te daba tu regalo y tu lo habrías con toda la ilusión del mundo, ver esa expresión tan alegre en tu rostro… Estoy seguro de que hoy sigues haciendo esto mismo, no sé si con un simple amigo como yo, o con esa persona tan especial. Sabes, me das mucha envidia; tiene que ser genial eso de tener alguien con quien contar, a quien importes y que quiera estar contigo. Es una autentica lástima que no todos la tengamos...
Y es que sin ti, un gran día como era este, pasa a ser nada; la felicidad pasa a ser tristeza, los buenos momentos se convierten en una siempre sombra del pasado, la sonrisa se torna en una expresión de abatimiento; y tu compañía, la mejor compañía que podía existir… se convierte en absoluta soledad.
Piensas que lo has perdido todo. Que todo lo que alguna vez te gustó, ya ha muerto. Que has cambiado; has ido amontonando muchas cosas encima de lo que tenías antes, y sin duda has conseguido muchas cosas nuevas…a costa de cambiarlas por lo que había antes, a costa de ser incapaz de ver lo que una vez hubo. Y de repente, el día menos pensado y sin proponértelo, encuentras algo que habías perdido y que creías que nunca recuperarías. Algo que nunca se fue, sino que simplemente estaba dormido. Algo que no recordabas lo importante que era, y que una vez lo encuentras, te preguntas como has podido estar tanto tiempo sin ello. Algo que era tan bueno, que incluso en el peor de los días, te saca una sonrisa.
Y de repente, durante un momento, todo vuelve a ser perfecto. Olvidas todos los problemas, todas las preocupaciones, todo… y piensas como eran antes las cosas, cuando todo era mejor y más fácil. Y entonces, en ese momento que dura solo un par de segundos, eres capaz de recordar todo lo bueno que alguna vez pasó, todo lo que alguna vez te hizo sonreír…y durante esos segundos, durante solo un momento, eres feliz.
Olvidar no consiste en no recordar lo que ocurrió. Consiste en recordar sin que duela al hacerlo
