miércoles, 29 de enero de 2014

Medicina



Hoy he leído una entrada en otro blog. Se titulaba algo así como “Todo lo que tienen que soportar los novios de una estudiante de medicina”. La he leído completa, y no he podido evitar una leve sonrisa al ver ciertas cosas, aunque realmente estaba bastante triste. 
Me ha traído muchos recuerdos, demasiados. Y lo peor es que son solo eso: recuerdos que ya nunca volverán a suceder.

Prácticamente todo lo que decía la entrada era cierto: hay pocos temas de conversación que no trataran sobre el estudio y las cosas dadas en la carrera, y si había otro se solía desviar hacia esto; hacer cosas totalmente normales como ir al cine debían posponerse semanas o meses debido al poco tiempo del que se disponía; las horas que estabas/hablabas con esa persona eran una minucia comparado con el tiempo que se dedican los novios “normales” a hablar y estar juntos; al simplemente toser ya tenías una enfermedad súper rara; preocupaciones constantes con los exámenes y trabajos; cambiar (o eliminar por completo) planes continuamente…

Seguro que alguno pensará que no es para tanto, solo un poco de sacrificio…Pero creedme, a lo largo de los años todo eso llegaba a cansar, y mucho. Se echaba mucho de menos hacer cosas más sencillas o que no tuvieran que ver con siempre los mismos temas; o el hecho de simplemente verse un día fuera de lo normal, que escapara un poco de esta rutina.

Requiere muchísimo más sacrificio del que pensáis. Yo fui muy muy feliz, pero también sufrí muchísimo, y eso parece que nadie lo veía. Y a pesar de lo mal que estaba ciertas veces, no me importaba.

Merecía la pena seis días de sufrimiento por cada día bueno. 
Merecía la pena esperar el tiempo que hiciera falta para verla, si al final eras recompensado con una simple sonrisa.
Siempre creí que pasarlo mal por cosas así merecía la pena.
Pero supongo que me equivocaba. Supongo que al final era yo solo el que pensaba eso.

¿Por qué he dicho antes que “prácticamente” todo lo que decía la entrada era cierto?
Porque terminaba con esta frase: “Y, sobre todo, las estudiantes de medicina son conocedoras de todo lo anterior, de todo lo que soportan los novios de las estudiantes de medicina, y les quieren infinito por tener tanta paciencia.


Quizás haya gente con suerte para los que se cumpla esta última frase. Desde luego, no fue mi caso…

Solo una mente humana inventaría algo tan estúpido como el amor

miércoles, 22 de enero de 2014

Pérdidas



Dicen que cuando sufres, la vida acaba compensándolo, pero yo no creo que sea cierto. 
¿Por qué se supone que es verdad, cuando mires donde mires, ves que a la gente “mala” le va mil veces mejor que a ti?
Y aún en el improbable caso en que sea cierto y haya alguna misteriosa fuerza que de repente diga que ya es hora de volver a tener ganas de vivir, 
¿Cuándo se supone que ocurrirá eso? ¿Cuándo ya lleves tanto tiempo mal que te de igual si viene algo bueno? ¿Cuándo ya ni siquiera sepas cómo reaccionar al ver algo que no es negro?

Dudo tanto que ese momento llegue, y si llega dudo tanto que sirva de algo... Y mientras tanto, ¿Que queda?
Nada. Seguir muriendo cada día un poco más por cosas que ya no tienen sentido, por personas a las que no les importas y por razones estúpidas. Continuar con una existencia triste, vacía, alimentada con pequeñas migajas de felicidad que se encuentran algunos días en algunos momentos, sin siquiera creer ya en que alguna vez las cosas puedan cambiar.




¿Sabes por qué las mejores personas siempre sufren? Porque siempre están ahí dando todo sin pedir nada a cambio, y eso nadie lo ve ni a nadie le importa