lunes, 24 de febrero de 2014

Vuelta completa




Aquí estamos otra vez. Desde que me ocurriera esto por última vez, hace años, ha pasado mucho. Todo es muy distinto, y a la vez muy parecido. Supongo que es cierto que la vida son ciclos. Distintas personas, distintos sitios, y aun así demasiado igual todo.

Ouroboros, la serpiente que se muerde la cola. Siempre es así. Inicio, continuidad, fin, y vuelta al inicio desde el punto en que partiste. Ciclo terminado. Vuelta completa.
Se muerde la cola y duele, luego te alejas y deja de doler, y al final vuelves al punto de partida y a su correspondiente dolor.

Llega un momento en que das demasiadas vueltas. No quiero volver a repetir otra vuelta completa, porque se lo que significa. Y cuanto más pienso en ello, mas empieza a volver el ciclo.

Empiezan los pensamientos, la imaginación, los “¿y sí…?”, las sonrisas estúpidas.
El hecho de que me hagas los días un poco más llevaderos, de alegrarme un poco cuando me hablas, cuando me necesitas, cuando quieres que te enseñe algo nuevo y cuando quieres mi apoyo.

Y sobre todo, empieza otra vez el dolor. Y no sé si podré soportarlo otra vez. Porque los pensamientos son solo pensamientos, porque en realidad muchas otras personas aportan más que yo, porque sé que al final las cosas son como son, y no son nada.

Quizás sea mejor cortar la cabeza de la serpiente y caer a un lugar en el que no hay felicidad, pero tampoco hay dolor.


No es miedo a empezar de nuevo, es miedo a terminar de la misma manera

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